La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.
Y yo la recuerdo gracias a ti...
Para todos los cuidadores/as
GRACIAS
El 5 de noviembre se ha convertido en el día en el que todos/as miramos con otros ojos a los/as cuidadores/as. Esos seres dotados de una paciencia infinita que asumen la difícil tarea de cuidar de aquellas personas más o menos cercanas que necesitan un apoyo para poder realizar actividades básicas para su supervivencia como comer, asearse, ir al baño o realizar tareas que contribuyan a su bienestar. Y además sin pedirlo, es algo que te toca y muchas veces trunca tu vida y la de tus familiares más cercanos. Este es un homenaje para todos ellos/as.
Se conoce al Alzheimer como la enfermedad de los dos pacientes, los múltiples síntomas que conlleva, su larga evolución y la falta de ayudas y recursos especializados, hacen del cuidado de una persona afectada por esta enfermedad una tarea ardua y agotadora que en muchas ocasiones afecta a la salud física, emocional y social de los cuidadores/as, es lo que se conoce como el síndrome del cuidador quemado.
El Alzheimer es el tipo de demencia más común entre las personas mayores. Es una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva que afecta a las capacidades intelectuales superiores (memoria, razonamiento, lenguaje,...) y que provoca un estado de total dependencia en la persona que la sufre.
Las características propias de la enfermedad, como la aparición de alteraciones de conducta o su larga evolución (10-12 años), provocan que los cuidadores/as principales sufran el síndrome del cuidador/a quemado/a, caracterizado por síntomas físicos, psicológicos y sociales.
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer va acompañado de una serie de sentimientos en el/la cuidador/a principal, la incertidumbre, el miedo o la negación son comunes en los primeros momentos. Afrontar y asumir estos primeros sentimientos es fundamental para el bienestar emocional de la persona y para el mantenimiento de la estabilidad familiar. Además todos los cuidadores/as deben afrontar y asumir nuevos roles en la unidad familiar algo que genera mucha ansiedad y preocupación, por lo que trabajamos para fomentar la igualdad de género en las tareas de cuidado, rompiendo estereotipos y proporcionando estrategias que ayudan a aceptar, planificar y adaptar las nuevas tareas y roles.
Todo esto se consigue a través de información, formación, apoyo psicológico, físico y social, previniendo, minimizando y aliviando el síndrome del cuidador quemado, asegurando la estabilidad necesaria en el cuidador/a para la óptima atención de la persona enferma y su propio autocuidado.
Recuerda, no estás solo/a, estamos aquí para ayudarte, apoyarte y orientarte en todo el proceso.
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