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viernes, 5 de julio de 2013

Reflexiones en voz alta de un colaborador

Llevo mucho tiempo buscando un hueco para poder escribir este artículo y compartir con todos/as los/as visitantes de este blog la curiosa experiencia que tuve no hace mucho tiempo en AFA-Parla.

Como muchos/as de vosotros/as sabéis he realizado mis prácticas como Trabajador social en el centro de día de AFA-Parla y como siempre me enseñaron que hay que terminar lo que uno empieza sigo colaborando con la entidad en el proceso de elaboración del II Plan estratégico, digámoslo de forma intermitente.

No es la primera vez que participo en la formulación de un Plan estratégico, pero si es la primera vez que colaboro en el desarrollo de un Plan donde además de la participación de los diferentes profesionales se cuenta con las aportaciones de los familiares de los usuarios/as del centro.

Mientras que estábamos desarrollando la I mesa técnica de familiares resultó que de forma paralela se estaba llevando a cabo una inspección del centro desde la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid y en un momento concreto de la misma la Inspectora fue invitada a sentarse en la mesa técnica, uno que ya tiene experiencia se esperaba que los familiares se iban a “cortar”, que les iba a bloquear la autoridad que emite una inspectora y en ese momento surgió ese algo que se respira en AFA-Parla.

Los/as familiares establecieron de forma totalmente autónoma una conversión con la inspectora sobre el futuro de la problemática social de las personas dependientes, sus necesidades y demandas, le ofrecían sus opiniones acerca del presente y el futuro  del centro, la preguntaban sobre las subvenciones, el concierto de plazas o el cheque-servicio además de responder ampliamente a todas las preguntas que le hacia la inspectora sobre el funcionamiento del centro.

Posiblemente la inspectora podría pensar que todo estaba preparado tácticamente pero estoy seguro que al ver mi cara de asombro por lo que estaba sucediendo en esa sala de reuniones se despejaron todas sus dudas relativas a la espontaneidad del momento.

Y es que no pude responder de otra forma al ver como los/as familiares hablaban del proyecto de AFA-Parla, su proyecto, en primera persona defendiendo y apostando por el mismo, reflejando la implicación de años, reconociendo de forma humilde los aciertos y los errores y poniendo toda la “carne en el asador” ante uno de los momentos más difíciles de los últimos años.

Eso es lo que diferencia  AFA-Parla de otros proyectos, los centenares de nombres, caras, manos y horas de trabajo que se esconde detrás de sus siglas y acompañan en el día a día al gran equipo profesional que hace funcionar la entidad.

Mi propósito aquel día era coordinar una mesa técnica combinando la actividad prácticas con la formación en un nuevo modelo de trabajo, pero la lección fue reciproca  y son precisamente estas lecciones las que nos hacen grandes a los Trabajadores/as Sociales a lo largo de nuestras carrera, aún hoy recuerdo aquel día de forma especial contándoselo a colegas de profesión y compañeros/as de viaje.

Desde la distancia y de forma intermitente me acuerdo mucho de todos/as vosotros/as familiares que hacéis fuerza de flaqueza y apoyáis a los compañeros/as en difíciles momentos, eso es la intervención social en estado puro y el mejor indicador de que mi trabajo y el de mis compañeras/os merece la pena.

Saludos, seguramente nos veremos en breve.
Israel Aguado.